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Gérgal, de siempre ha sido un pueblo básicamente agrícola y en menor importancia ganadero y minero. A través de su historia se ha ido adaptando a nuevas explotaciones económicas que han surgido. Así se incorporó a las explotaciones de las minas de mineral de hierro desde mediados del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX y al cultivo de la uva de barco conocida también como variedad de Ohanes que por su buena conservación se exportaba envasada a países extranjeros en barcos desde finales del siglo XIX hasta los años setenta del siglo XX.

Agricultura

Tradicionalmente se han cultivado cereales como trigo, cebada, centeno... en secano cuando la situación económica no daba otra alternativa como ocurrió en la posguerra -años cuarenta y cincuenta- que siguió a la Guerra Civil Española, con unos resultados pobres o muy pobres, a excepción de los años que llovía más.
Los cultivos actuales se realizan en la vega debido a la escasez de agua. Las fuentes en su mayoría se han secado y las aguas procedentes de la Sierra de los Filabres y demás fuentes de la Rambla de Gérgal que administra el Sindicato de Riegos o Comunidad de Regantes se terminaron, teniendo que abastecerse en la actualidad mediante sondeos.
Los árboles que mejor se adaptan al terreno y al clima son los olivos y almendros y en menor medida los frutales. Los cultivos de hortalizas son básicamente de subsistencia, pues apenas si se colocan en el mercado y sirven para contribuir a la economía familiar.
Actualmente buena parte de su agricultura está sufriendo una transformación en cultivos de productos extratempranos en invernaderos influida por los buenos rendimientos de las explotaciones de invernaderos del poniente almeriense -comarca de El Ejido- y del Campo de Níjar, que han subido la renta per cápita de la provincia de Almería por encima de las demás provincias andaluzas, cuando tradicionalmente era al revés, originando muchos puestos de trabajo que han sido ocupados, los de menor cualificación, en su mayoría, por inmigrantes.